miércoles, 17 de agosto de 2011

Para entender un poco más el problema actual de la educación en Chile.


   Desde hace ya unos años Chile, al igual que varios países de Latinoamérica como Colombia, Uruguay y Argentina tiene lo que se denomina una “población envejecida”. Esto significa que mientras la tasa de natalidad está descendiendo desde 1988, se registra un aumento sostenido de la cantidad de personas mayores de 60 años, que actualmente está entre el 8% y 10%. Según estimaciones de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), este porcentaje irá en aumento y llegará al doble para el año 2020 .

   Este hecho parece haber afectado las políticas sociales que se aplican en el país transandino. La juventud es desde hace ya varios años un grupo excluido y no parece ser prioridad para los gobiernos de turno. Las revueltas  que comenzaron hace algunos días, protagonizadas por estudiantes, pidiendo mejoras en el sistema educativo, son una prueba fehaciente de ello.
Buscan cambios en el modelo económico y político establecido durante la dictadura militar que gobernó al país entre 1973 y 1990.

El costo de la educación superior en Chile está entre los más altos del mundo y la inversión que hace el estado en la misma, es, a su vez, el menor en el mundo (0,5% del PBI). Esto lleva a que por cada peso que el estado deriva a la educación, el estudiante debe poner cinco.

Los reclamos  de los estudiantes
Los estudiantes comenzaron tomando colegios y universidades y ante la falta de respuesta por parte del estado, continuaron saliendo a la calle a protestar con objetivos claros. Piden mejoras tanto para la educación universitaria como para el nivel segundario.

Los pedidos relativos a la educación superior se concentran en tres puntos:
1.- Igualdad de oportunidades de acceso a la educación.
2.- Aumento del gasto público en educación superior.
3.- Democratización del sistema de educación superior.

Los estudiantes secundarios piden
1.- Una reforma constitucional que garantice el derecho a la educación por sobre el derecho a la enseñanza.
2.- La desmunicipalización y estatización de la educación general.
3.- La derogación de la Ley General de Educación para lograr la institucionalidad de la educación pública.
4.- Tarifa estudiante en el transporte público.
5.- Plan de reconstrucción de los establecimientos que sufrieron daños en el terremoto de 2010.
6.- Mejoras en los liceos técnico-profesionales.
7.- Una malla curricular estandarizada para todos los colegios estatales del país.

¿Cuál es la respuesta del gobierno?

   El presidente, Sebastián Piñera (que se presentó a las elecciones como “la nueva derecha”), tras una dura represión de las movilizaciones estudiantiles debido a que consideraba que alteraban el orden público, decidió presentar dos propuestas para llegar a un acuerdo con los estudiantes. La primera es el proyecto GANE («Gran Acuerdo Nacional de la Educación») y el FE («Fondo por la Educación»).
   Además anunció la creación de la Subsecretaría de Educación y de la Superintendencia de Educación Superior (encargada de fiscalizar que las universidades no tengan fines de lucro).
Estos anuncios fueron recibidos con cierto escepticismo por parte de los estudiantes por lo que en un principio eran reacios a aceptar la idea en una mesa de diálogo. 

   Hoy en día el gobierno plantea cuatro ejes de discusión sobre el tema, el primero es una reforma constitucional para asegurar la calidad educativa. El segundo gira en torno a la igualdad de oportunidades para acceder a la educación mediante becas y créditos. El tercero se refiere a la demunicipalización de los establecimientos institucionales para “potenciar la calidad de la educación pública” (en 1986 hubo un traspaso de la administración de los institutos educativos desde el Ministerio de Educación a las comunas en las que cada uno se ubicaba). El último apuntaría que los establecimientos de educación superior privados sean regidos por fundaciones sin fines de lucro.

Pareciera que estos cambios en Chile son los primeros pasos del camino hacia la mejoría en el sistema educativo. Mientras tanto los estudiantes siguen movilizandose y protestando para tratar de ser escuchados en medio de una población cada día más anciana.